domingo, 8 de diciembre de 2013

La historia de Hachiko

Hachiko fue un perro japonés de raza Akita Inu, quien a principios de 1924 fue regalado a Eisaburo Ueno, un profesor de la Universidad de Tokio. Cuando Hachiko llegó a casa del profesor, notó que sus patas delanteras estaban ligeramente desviadas, por lo que decidió llamarlo Hachi (ocho en japonés).


El perro adoptó una rutina de acompañar a su amo hasta la estación de trenes todos los días cuando su dueño iba al trabajo, y al final del día volvía a la estación a recibirlo. Un día, Ueno sufrió un paro cardiaco mientras daba clases, y murió. Como de costumbre, Hachiko fue a recibirlo en la estación de trenes, y esa noche no volvió a casa. Vivió en ese mismo sitio frente a la estación durante los siguientes nueve años. Personas que fueron testigos de como Hachiko esperaba a su dueño lo alimentaban y cuidaban durante esos largos años. Hachiko tenía tanta fe en que Ueno llegara, que la gente comenzó a llamarlo el perro fiel.

En 1934, un año antes de su muerte, una estatua de bronce fue construida en su honor en la estación de trenes de Shibuya, y el propio Hachiko estuvo presente ese día. El 8 de Marzo de 1935 Hachiko fue encontrado muerto en la estación de trenes de Shibuya. Las causas de su muerte fueron desconocidas hasta 2011, donde se descubrió que había sufrido cáncer terminal y una infección de gusanos en el corazón.

Actualmente, los restos de Hachiko se encuentran en el Museo de Ciencias Naturales del Distrito de Ueno, en Tokio. Nueve años despues de su muerte, la estatua de bronce se tuvo que fundir para fabricar armas que se utilizarían en la segunda guerra mundial, pero dos años mas tarde se erigió otra estatua de bronce en el mismo lugar.

La historia de este perro tiene dos películas, la primera en 1987 (A Dog's Story) y la otra en 2009 (Hachiko Siempre A Tu Lado).


Otros claros ejemplos de la infinita lealtad de los 
perros son:

Greyfriars Bobby permaneció junto a la tumba de su dueño John Gray en Escocia hasta su muerte 14 años despues.


En Italia un perro llamado Lampo fue fiel a Elvio Balerttani, quien trabajaba en la estación de trenes de la ciudad. Lampo lo acompañaba a todas partes, incluso se montaba en los trenes para estar con el, hasta que murió arrollado por un tren en 1961. Luego, Balerttani escribió un libro narrando sus experiencias, y desde aquel entonces es conocido como Lampo, el perro viajero.



En España, Canelo iba con su amo al Hospital Puerta del Mar a recibir un tratamiento de diálisis, hasta que un dia el dueño tuvo muchas complicaciones y fue internado, Canelo lo espero, pero el hombre falleció. El perro lo espero durante 12 años, hasta que en el año 2002 murió al ser atropellado por un carro. En su honor se puso su nombre a una calle, en la cual se instalo una placa conmemorativa de bronce.


En Uruguay, Gaucho recorrió mas de 50 km hasta un hospital en el cual su amo estaba internado, y permaneció ahí hasta que su dueño falleció. Luego, lo acompaño durante su velatorio y sepultura, que custodio durante varios años. Salía en las mañanas a buscar comida, recorría algunas calles y luego regresaba al cementerio, hasta que falleció el año 1989.



En Brasil, Leão sigue junto a la tumba de su dueña, quien fue una de las victimas mortales de las inundaciones y aludes del 17 de Enero de 2011.


En Argentina, Capitán acude a dormir todas las noches junto a la tumba de su dueño desde la muerte de este en 2006.



Estos son algunos de los millones de ejemplos que hay de que los perros son los animales mas leales y nobles del mundo.

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